Y aqui estoy, lamiendome las heridas de la vida. Como un niño y un anciano a la vez....en verdad asi me siento.
Inexplicablemente , cada vez que bajaba al pueblo a por el peculio, me paraba delante de aquella puerta, sí esa puerta, que permanecía cerrada a cal y canto.... desde a saber. No había forma de comprenderlo...no había forma.
Pero si había forma, esa puerta cerrada, la noche la abrió, aunque el tiempo no lo supiera.
Ahí estaba, saludando como cada mañana... Hola 特里尼达 , la salude....
Sí, ahora era un bazar, en el cual me gustaba adentrarme recordando esa noche loca, perdiéndome por esa angostura que me volvía loco.
Solamente cuando regresaba a mi refugio del puto monte, encontraba un poco de paz o lo contrario... Me explico, me sentía rodeado de cuatro, entre cuatro montes y cuatro paredes hechas con monte.
Decidido a encaminarme al epicentro de eso que no me dejaba degustar como debería una simple tostada, me puse lo primero que pille.... ya sabéis.
Expulsando bilis o escupiendo lo ocurrido, no sabría bien como explicarlo el mareo volvía a marearme era como si nada hubiera ocurrido, sin embargo no dejaba de martirizarme, o algo.
En verdad no llegaba a entender el porque de tanta desazón cuando todo puede ser o parecer sencillo.
Oh! la sencillez de las cosas y como somos capaces de complicar esa simple sencillez, el aleteo de un pájaro, una hormiga que evitamos pisar en un paseo por cualquier sitio o el viento que te despierta por la mañana temprano mientras todavía andamos medio dormidos y pasamos como dioses del olimpo pensando que somos lo mas del universo que se junta con nuestro ombligo...
Ni que decir tengo que estaba en lo puto monte.
Y mientras tanto Delfin Alvarez se sentía como si estuviera en un mar embravecido mientras los helicópteros llevaban a los políticos y empresarios de aquí para allá en la Barcelona del post 92.
Delfin despierta ...hehehhe
No hay comentarios:
Publicar un comentario